jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

¡Paz y Bien para todos!

Os propongo que si vivís cerca de Madrid, intentéis ir a ver la representación del Auto de los Reyes Magos, que desde hace 10 años se viene representando en Colmenar Viejo.



El Auto de los Reyes Magos se considera la primera obra teatral castellana y española. Escrita probablemente en el siglo XII, se encontró en un códice en la biblioteca del Cabildo de Toledo y actualmente se encuentra en la Biblioteca Nacional de España.
La trama es sencilla. Los Reyes Magos siguen una misteriosa estrella y discuten para averiguar el significado de aquel signo, llegando a la conclusión de que ha nacido el Salvador y deciden seguir a la estrella para ir a adorarlo.

Las representaciones de este año serán los días 2 (a las 21 horas), 3 y 4 de enero (a las 19 y 20.30 horas) en la Basílica de la Asunción de Nuestra Señora de Colmenar Viejo.

La venta de entradas, que son 2,5 euros, con destino a la obra social Jesús Caminante, se pueden adquirir por Internet y telefónicamente en Telentrada, en las oficinas de Caixa Cataluña o en las taquillas del Auditorio Villa de Colmenar Viejo.
¡Felices Fiestas!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Ritos y Esperanza

"...En la tierra comenzó una época de frío y tinieblas. El hermoso jardín de otro tiempo desapareció y toda la superficie quedó cubierta de hielo.
Los hombres se estremecieron. Los seres mágicos huyeron y con ellos las canciones y la alegría. Las hadas, no podían regresar, porque debido a la profunda oscuridad que lo envolvía todo, les resultaba imposible localizar el planeta.
En cuanto los hombres fueron conscientes de la ruina en la que se había convertido la tierra, la consternación y el miedo del primer momento, se transformaron en desesperación. Para ellos todo estaba perdido..."
"...El cuarto domingo de adviento, los niños brincaban de alegría y se afanaban envolviendo las coronas con lazos rojos como muestra de amor. Al final de este día, en todos y cada uno de los hogares, lucían ya cuatro velas, que iluminaban hasta los lugares más recónditos del planeta.
Aunque la luz de las velas era débil, fue suficiente para alertar a las hadas..." (El Dragón y la luz. Mercedes Moral)

Creo que no es bueno para el corazón prescindir del sentido trascendente de la existencia. Si no dejamos espacio en nuestra vida para el espíritu, tarde o temprano terminaremos creyendo que todo está perdido. Por eso me gusta la Navidad. Porque está llena de ritos que nos invitan a mirar más allá de lo material, a creer que los milagros son posibles, que hay un lugar en el mundo para el amor y los sueños.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Juramento Hipocrático

"Juro por Apolo el Médico y Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que este mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento.
A aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mantenimiento y si lo desea participará de mis bienes. Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo.
Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.
Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento, será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror.
A nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi arte en la inocencia y en la pureza.
No cortaré a nadie ni siquiera a los calculosos, dejando el camino a los que trabajan en esa práctica.
A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos.
Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deban ser públicos, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas. Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro. "




¡Impresionante! ¡Qué fuerza! Me emociona el saber que todavía hoy hay universidades, como la Complutense de Madrid, dónde los licenciados en medicina, en su ceremonia de graduación, proclaman solemnemente este juramento.
No creo que durante el renacimiento, cuando en la Complutense de Alcalá de Henares se juraba públicamente, ninguno de aquellos licenciados, pertenencientes a una universidad dependiente de la Iglesia Católica de aquella época, se tomara literalmente el texto. Inconcebible en aquella sociedad monoteísta, creer en los dioses de la mitología.

Era una tradición, una especie de ceremonia de iniciación, en la que el nuevo licenciado se comprometía públicamente a actuar siempre en beneficio del paciente y sobre todo, contraía la obligación de no hacer nada que pudiera perjudicar a ningún ser humano.
El carácter de compromiso era entonces tan importante, que aquellos médicos que se apartaran de este código ético, podían ser denunciados ante los otros médicos y ante la comunidad.
Leyendo el texto tranquilamente, comprendemos fácilmente que a lo largo de su historia el ser humano siempre ha tenido las mismas preocupaciones y que el debate sobre la vida y la muerte siempre ha estado presente en la sociedad, no es nada nuevo.
Por otra parte, teniendo en cuenta que se trataba de una tradición, en la que lo importante era el juramento público de respeto a la PERSONA, no entiendo la necesidad de crear un documento alternativo para "adaptarlo" a "los tiempos modernos", cambiando incluso el nombre, de Juramento Hipocrático, a Declaración de Ginebra:

PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al servicio de la humanidad;
OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen;
EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente;
VELAR ante todo por la salud de mi paciente;
GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente;
MANTENER, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;
CONSIDERAR como hermanos y hermanas a mis colegas;
NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente;
VELAR con el máximo respeto por la vida humana;
NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas, incluso bajo amenaza;
HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.

Esta declaración, a mi juicio, carece de la fuerza del texto antiguo, y creo que está en la misma línea de los que preconizan sustituir la palabra "paciente" por la de "usuario" o "cliente".

No se qué pensaréis vosotros, pero a mi me gustaría poder seguir siendo atendida por médicos que no tangan inconveniente en proclamar públicamente el Juramento Hipocrático, y prefiero, que me traten como paciente, más que como usuario o cliente.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

"NADIE SERÁ MAS QUE YO"

"...El Rey hizo una ligera indicación y las naves se dispusieron a recorrer la tierra en vuelo rasante.
De este modo, la Princesa Sedeme pudo observar todo lo que estaba ocurriendo en el mundo en ese momento. Bastó muy poco tiempo para que se sintiese como si ya hubiera vivido cientos de años. Comprendió que las emociones eran maravillosas y terribles a la vez. Descubrió los juegos de los niños, la ilusión y el amor de los jóvenes, el coraje y la entrega de los mayores, pero a la vez comprobó que existían la desesperanza, el hambre, la rabia y la soledad..." (Cadena de Amigos. Mercedes Moral)

Este maravilloso y complejo mundo nuestro...
No se si os habréis fijado en la nueva campaña contra la "violencia de género". Me refiero a esos carteles que anuncian:
" De todos los hombres de tu vida, ninguno será más que tú"
¿No creéis que sería más acertado decirlo de otra forma?:
"De todas las personas que hay en el mundo, ninguna es más que "
Si queremos luchar contra la violencia de cualquier tipo (toda la violencia es repugnante), no podemos plantear una confrontación entre hombres y mujeres.
A mi juicio el problema no está en el sexo, sino en las personas. Yo merezco respeto por ser una persona, independientemente de mi sexo. Nadie es más que yo, no porque sea hombre o mujer, rico o pobre, blanco o negro etc, etc... sino porque soy un ser humano, único e irreemplazable. Y esa sensación de ser importante e insustituible, no es sólo para el futuro, tiene que existir siempre, aquí y ahora, en el presente, desde el mismo momento en que aparezco en la tierra por primera vez. Es un derecho universal al que nadie puede renunciar. Recíprocamente, todos los seres humanos, allegados o desconocidos, hombres o mujeres, tienen el deber de respetarme, por mi condición de persona.
Honradamente, creo que si fuésemos capaces de tratarnos siempre con respeto, desaparecerían la mayoría de los grandes problemas del mundo...