viernes, 23 de diciembre de 2011

Milagro y Vida

Estas son las palabras que mis familiares y amigos han elegido como estímulos para crecer: Confianza, Mundo, Magia, Amor, Superación, Luz, Dinero, Esperanza, Felicidad, Alegría, Paz, Sonrisa, Sorpresa, Optimismo e Ilusión.

Se me ocurre que podría sustituirlas sólo por dos: Milagro y Vida.

Precisamente las dos palabras que a mi modo de ver mejor definen la Navidad.

Al llegar esta fechas siempre hay alguien que dice: A mí estas fiestas no me gustan... me entristecen... son artificiales... excesivamente almibaradas... reflejan un consumismo exagerado etc, etc.

¡Paparruchas! Meras excusas para no enfrentarnos a la Vida.

La historia de la Navidad es muy sencilla: "¡Alegraos! Os ha nacido el Salvador".El pesebre, la mula, los ángeles, los magos, los regalos, los villancicos, las campanas, las grandes cenas y etc,etc. Lo que queramos poner a continuación, son añadidos.

Todo aquello que nos libere, que nos ayude a ser mejores, a superar nuestro miedos a renovarnos, a volar; eso, y sólo eso es Navidad.



Queridos amigos os deseo que el Mensaje de Renovación y Esperanza de la Navidad se transforme en alas que os hagan volar tan alto que os permitan alcanzar vuestros mejores sueños.

Feliz Navidad

lunes, 17 de octubre de 2011

Un edificio nuevo

En mi empresa han construído un edificio nuevo ¡Es fantástico! Amplio, luminoso, con muebles de diseño, totalmente proyectado hacia el cliente. Aparentemente para no romper la armonía del entorno, alguien ha dado una orden: "Prohibido traer nada del edificio antiguo. Prohibido colgar nada en las paredes. Los despachos han de ser polivalentes".

Vaya con la "palabrita": ¿Polivalente? = ¿Funcional? = ¿Impersonal?

Hay algo que no entiendo. A mi modo de ver lo más importante de cada empresa debería de ser la autenticidad, que va íntimamente unida a la creatividad, a la ilusión y a la eficiencia. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI dónde las empresas punteras luchan por capatar a los mejores y hacer que los trabajadores se sientan vinculados, enraizados y comprometidos con sus proyectos, todavía existan directivos que sólo quieren rodearse de "seres robotizados"?

Sin querer me repito. Suscribo lo que decía hace un año en una de mis últimas entradas: Se acabaron los conflictos. Entonces no encontraba soluciones, sólo planteaba preguntas. Hoy se me ocurre algo para mejorar el sistema: No renuncies a ser persona allí donde estés, incluso en el paro. Cultiva tu propio estilo. Sé auténtico. Puedes personalizar tu entorno sútilmente: Un clip verde fosforito, uan sonrisa, un bolígrafo... Sobre todo trabaja con ilusión en lo que sea. Rompe la rutina. No dejes que nadie te convierta en un autómata. Exige. Recuerda que hay muchas personas muy preparadas que no tienen la suerte de poder trabajar. Allí donde te encuentres, sé fiel a tí mismo. Descubre que el significado está dentro de ti. No dejes de ser tu propio jefe.

Se me ocurre que esta puede ser una forma de luchar por la excelencia.

Buenos días. ¿Te apuntas?

miércoles, 5 de enero de 2011

¡Menos mal que existen los Reyes Magos!

Hace algunos años, una niña, ya mayorcita, le dijo a su mamá:
"Mamá mis amigos dicen que los Reyes Magos son los padres".
La mamá miró a su hija fijamente y creyendo que ya había llegado el momento de hablarle con claridad le respondió:
"Pues claro hija mía, los Reyes Magos en realidad son los padres.
En ese momento la niña comenzó a llorar desconsoladamente, por lo que la madre asustada ante la reacción de su hija, la abrazó con fuerza y le dijo:
"Pero hija, no te asustes, sólo era una broma.
La niña miró a la madre de nuevo, esta vez con los ojos llenos de alegría, y le contestó:
"¡Menos mal mamá! ¡Qué peso me has quitado de encima!
En realidad, nuestra amiga tenía razón. Es difícil caminar por la vida arrastrando el lastre de nuestra materialidad. Es muy duro afrontar la realidad del día a día, como si tratase de una tragedia griega. La vida deja de ser divertida cuando dejamos de jugar.
Los Reyes Magos, la ilusión, la esperanza, la fe en nosotros mismos y en nuestra capacidad de regeneración, existen; y es una pena que con frecuencia nos empeñemos en renegar de esas ALAS tan necesarias para aligerar el peso de la realidad tangible y disfrutar de la vida como auténticos niños.
¡Menos mal que existen los Reyes Magos!