De nuevo las rutinas:
Levantarse tempranito para ver amanecer..., Aparecer perfecta cada día..., Encontrarse con esos amigos con los que compartimos tantos proyectos..., Estar en continua actividad...,Tener múltiples ocasiones para desarrollar el ingenio... Disponer de días de 48 horas... Recibir el fin de semana con el corazón saltando de alegría...
¿Pero, qué más quieres? ¡Qué suerte, poder trabajar!
A veces parece que en nuestros ojos ha entrado algún trocito del espejo del duende malo del cuento de Andersen, sólo eso explicaría que no sepamos apreciar lo que tenemos. ¿O tal vez no hemos activado convenientemente nuestra varita? ¿Qué cómo se hace eso? Muy fácil, ahí va una lista de pócimas mágicas, apúntate a la que quieras.
1- Leer el cuento de la Reina de las Nieves de Hans Andersen.
2- Visitar la exposición: Richard Rogers + Arquitectos. De la casa a la ciudad. (Caixa Forum, Madrid, hasta el 18 de Octubre)
3- Iniciar una nueva actividad.
Estoy buscando compañer@s para la clase de "dragones y princesas" o "brujas y duendes" (el nombre podemos decidirlo entre todos) en Estudio de Arte Arco Verde, en Madrid, muy cerquita de Atocha, los jueves de 18 a 20 horas.
4- Salir a correr por el Retiro.
5- Visitar la Real Fábrica de tapices... http://www.realfabricadetapices.com/
Seguro que tú conoces muchos hechizos y encantamientos que pueden ayudarnos a vivir, ¡Anímate a compartirlas con nosostros!
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ideas para activar la varita...
ResponderEliminaratiborrarse a chocolate!!
ver una (o varias!) buena(s) peli(s)!
leer Harry Poter!
leer Frankenstein de Mary Shelley (si es que aún no se ha hecho!!)
pero el remedio más eficaz de todos.. BAILAR!
no importa qué estilo, ni siquiera si se hace bien o mal =)
me despido con una frase de Maurice Béjart: "sólo podría creer en un Dios que supiera bailar"
p.d: una entrada llena de alegría! gracias!
Estoy totalmente de acuerdo con Maurice Béjart: Dios, que es la alegría absoluta y la armonía suprema, tiene que ser un maravilloso bailarín. De hecho, considero que la danza, la poesía y las artes en general; son expresiones de nuestra participación divina. Por algo somos Hijos de Dios, y como tales, también herederos de sus cualidades, entre las que se encuentran todas las manifestaciones artísticas.
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