Conozco, sólo por referencias, una empresa donde los trabajadores ganan lo normal, es decir poco para su gran especialización. Trabajan mucho, a veces muchísimo; su horario no es cómodo. De tarde en tarde tienen ocupado incluso el fin de semana. No cobran todas las horas extra, porque eso haría que los proyectos no fueran rentables. Saben, que en general, no tienen muchas posibilidades de promoción, pero aún así, están relativamente contentos.
¿Cómo puede ser? ¿Es que acaso en la susodicha empresa sólo trabaja gente mediocre y sin ambiciones? Pues no, todo lo contrario. La mayor parte del personal de esa empresa está compuesto por los mejores, elegidos con mimo desde la universidad. El perfil sería el de persona joven, inteligente, dialogante, trabajadora, muy creativa, con muchísimas ganas de aprender y con gran sentido del humor.
En mi opinión esto lo explica todo. De hecho, estos trabajadores dicen que lo mejor de su empresa son las personas.
Visto así parece fácil. Reunir a los mejores y a comerse el mundo...
Visto así parece fácil. Reunir a los mejores y a comerse el mundo...
Se me debe de estar escapando algo. ¿Cómo es posible que en un país como el nuestro donde la creatividad es nuestra mejor cualidad, no estamos rodeados de empresas fabulosas, competitivas y dispuestas a demostrar lo mucho que sabemos y podemos hacer?
Seguro que se os ocurren algunas ideas.
Probablemente en mi empresa de referencia los directivos son personas inteligentes, muy preparadas y en absoluto prepotentes. Seguro que esos directivos saben que las personas son seres frágiles, que necesitan ser valoradas por sí mismas. No me cabe la menor duda de que esos directivos son personas conciliadoras, capaces de prevenir los conflictos y que por encima de todo valoran y respetan a sus trabajadores. No sé si esos directivos para conseguir ser auténticos hacen coaching o cursos de inteligencia emocional o PNL… me da igual. Lo que si tengo es un convencimiento absoluto de que nuestro país sólo podrá salir adelante cuando nuestros directivos sean personas inteligentes, preparadas, respetuosas y conciliadoras; capaces de aglutinar y de entusiasmar a los millones de españoles que valen su peso en oro.
No me cabe la menor duda de la enorme capacidad de los ciudadanos de este país para hacer frente a las adversidades.
ResponderEliminarDe lo que sí dudo, y mucho, es de la merecida posición de los directivos, al menos de la inmensa mayoría de ellos. Hay pocos buenos líderes... me temo...
Querida Berni ¡Qué bien verte por aquí de nuevo!
ResponderEliminarDecía Ortega y Gasset algo asi como(siento no poder ofrecer la referencia exacta pero no logro encontrar en qué obra lo leí) "El problema de España es que la mayoría de los españoles tenemos alma de líderes y por eso nos cuesta someternos a la disciplina".
Yo no veo que tener alma de líderes sea un problema, más bien pienso que eso es fabuloso; lo que no entiendo es por qué entonces tenemos unos directivos tan ineptos. Acutalmente en nuestro país hay prestigiosos cursos de gestión ¿Pero por qué entonces, insisto,nuestros dirigentes siguen siendo gente sin preparación, incapaces siquiera de hablar inglés? Ya no estamos en los tiempos en que bastaba con saber leer y las cuatro reglas. ¿No será que somos demasiado cómodos y por evitar complicaciones dejamos que sean otros los que nos resuelvan los problemas? Desde luego algo tendremos que hacer si queremos que esto se arregle. Me gustaría saber qué. De momento, se admiten ideas.
Bueno y cómo lo arreglaríais vosotros? ¿Cómo os comeríais el mundo?
ResponderEliminar¡Vaya! En este país somos así, las cosas buenas y ejemplares siempre las conocemos por referencias.
Todos nos creemos perfectos y todos sabemos que la perfección es una máscara. Por eso desconfiamos de las personas que se ocultan detrás de la máscara del sabelotodo. Para ser un buen líder hay que ser también un buen maestro y pocos están dispuestos a reconocer que no lo saben todo y por supuesto menos a enseñar. Quizás es que hay pocos buenos líderes y en su defecto hay mucho prepotente lagotero.
Un saludo.
María de la Cal
Hola María: Me parece por tu tono que te ha molestado algo. Me gustaría saber qué. Tampoco entiendo qué es eso de lagotero, si puedes, me gustaría que me lo aclarases.
ResponderEliminarEn cuanto a saberlo todo...Siento haber dado esa imagen. Escribo sobre lo que me preocupa, pero sin pretender demostrar nada. Considero que no tengo ni idea de gestión, y por eso precisamente no me he metido en esos quehaceres.
Lo que no comparto es tu idea de que no quiera enseñar. Me encanta enseñar, pero sólo puedo enseñar de lo que sé un poquito y desde luego no es de dirección, ese no es mi tema, pero insisto los directivos ante todo, tienen que ser gente preparada, no puede ser cualquiera, y menos pretender que cuando llegan al poder otros les enseñen a hacer su trabajo. Así es como lo veo yo al menos.
Hola Colorin:
ResponderEliminarNo me ha molestado nada de tus comentarios y creo que no hay ningún tono en los míos…?
No sé que decirte….?. Lo escribí ayer sobre la marcha y hoy lo he vuelto a leer y creo que no hay nada ofensivo en la respuesta, pero si alguien lo cree así, LO SIENTO, no era mi intención.
El que has tocado es un tema muy actual y sensible. Es verdad que hay mucha falta de liderazgo y mucho mediocre, que en muchos casos lo que mejor sabe hacer es llenar bolsas de basura de billetes y como castigo los llevamos a la tele y les damos mas, y muchas madres de familia haciendo verdaderas filigranas para llegar a fin de mes y otras muchas que ni llegan ¡Qué país!.
Seguramente que estos decretazos, salva vidas ó tapa agujeros, a costa siempre de los más débiles, nos sensibilizan a todos más de lo normal.
Lo de lagotero es un dicho de mi tierra “Que lagotero es el gachó” traducido lamecul…. pero no procedía poner esa palabra soez, creo que “lagotero”quedaba mas fino.
Espero haberlo aclarado.
Un saludo
María de la Cal.
Lo más bonito que alguien me dijo este año en una felicitación navideña es: “…gente como usted hace que la vida sea más fácil”. Me siento muy orgulloso de ello y cada vez que lo leo la autoestima se me dispara. Si he conseguido tan sólo una vez, pienso, que para alguien la vida sea más fácil, es que aún hay esperanza para mí.
ResponderEliminarLo comento porque posiblemente lo que más necesitamos de los demás sea precisamente eso, que nos hagan la vida un poco más fácil. Lo que pasa es, creo, que la cultura de empresa que nos ha tocado en esta época está mayoritariamente dirigida a hacerle la vida más fácil al responsable de que los resultados sean los esperados, en el menor tiempo posible y al menor costo.
En mi opinión, ello traduce a pie de calle precisamente lo peor de los principios que rigen nuestra sociedad. Donde el individuo no es el centro de la vida, sino uno de los elementos encargados de incrementar el capital especulativo.
En fin, creo que la mejor manera de cambiar el mundo es precisamente intentando hacer la vida más fácil al de al lado, al margen de religiones y sectarismos varios. Y eso es lo que os deseo para este nuevo año.
Que el afán por hacer la vida más fácil prevalezca sobre cualquier otro.
Un cálido abrazo navideño.
Javier, creo que la persona que te felicitó de ese modo ha sabido captarte muy bien. Comparto totalmente esa felicitación y te deseo que el mensaje de ilusión, esperanza y amor de la Navidad, sea una realidad en cada uno de tus días del nuevo año 2011.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo navideño.