jueves, 4 de marzo de 2010

¡No Somos Marsupiales!

¡Qué tontería, es evidente!
¿Seguro? Al menos debería serlo ¿Verdad? Pues yo tengo la impresión de que con demasiada frecuencia se intenta que los padres nos comportemos como si el cordón umbilical no se cortase NUNCA, NUNCA.
Por cierto, se dice todo lo contrario: Hay que dejar que los hijos crezcan, hay que darle libertad, a los 16 años ya son responsables, etc, etc; pero a renglón seguido se culpa a los padres de todo aquello que los "eternos niños hacen mal".
No pretendo con esto abandonar a los hijos a su suerte nada más nacer, ni mucho menos. Me parece fundamental e insustituible la labor de los padres para ayudar a que los hijos crezcan sanos en cuerpo y alma, y eso que llamamos "educar" lo veo absolutamente necesario para el desarrollo personal, tanto de los hijos como de los propios padres. Aunque no lo digan, la mayoría de los padres saben lo mucho que le han enseñado sus hijos desde que los oyeron llorar por primera vez.
Sin embargo, para que esto pueda ser una realidad, creo que es esencial tener en cuenta que, desde el mismo momento de su nacimiento, desde que se corta el cordón umbilical; el niño es otra persona diferente a la madre, con su propia trayectoria vital, sus sentimientos y sus experiencias. Sólo podremos respetar a nuestros hijos si tenemos siempre presente esta realidad.
La mayoría de los padres desearían sufrir ellos mismos todas las malas experiencias de la vida con tal de evitar el sufrimiento de sus hijos, pero no puede ser así. La naturaleza es implacable y sabia, no se salta las leyes. Cada persona es el fruto de la genética y de sus experiencias. El sufrimiento nos ayuda a madurar. Me parece tremendamente injusto el responsabilizar a los padres, por sistema, del fracaso de los hijos.
Esta reflexión viene al hilo de las "nuevas-ancestrales" tendencias que intentan que, en el parto, bajo ningún concepto se pierda el contacto piel con piel del hijo recién nacido, con la madre. Me parece bien, saludable, muy beneficioso, fantástico, pero siempre y cuando tengamos presente, que el niño y la madre son personas diferentes, y que lo que en un momento puede ser muy bueno para el hijo, puede ser perjudicial para la madre.
La sociedad no debe someter a los padres al chantaje de abandonar a las personas a su suerte, porque sabe que siempre habrá unos padres dispuestos a darlo todo por sus hijos.

3 comentarios:

  1. Espléndido testimonio que invita a la reflexión. Estoy de acuerdo contigo y me parece formidable la manera en la que lo dices.
    Enhorabuena y gracias.
    Un saludo

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  2. La tarea de los padres consiste en enseñar a sus hijos a ser independientes, a dotarles de esa capacidad que les permita elegir y decidir correctamente en todas las circunstancias que se encontrarán a lo largo de su vida, es socializarlos, que aprendan a convivir con todo y todos aquellos que les rodean, a que sean buenas personas, en definitiva...
    Ese esfuerzo titánico por parte de los padres a veces no tiene sus frutos, no es lo esperado... las causas pueden ser varias, y me parece muy injusto que se responsabilice TOTALMENTE a los padres de ello, porque ya digo, existen influencias importantes que no pueden ser "controladas" por los padres, aunque éstos quieran o pongan mucho interés.
    Tengo una amiga que sostiene la teoría de que los padres son totalmente responsables de todos los comportamientos de sus hijos, yo no puedo estar de acuerdo con eso... no sé si por la responsabilidad que eso implica, y que me da miedo aceptar (es tremendamente duro plantearse que tu hijo "es lo que es" por culpa tuya "cuando te sale rana")... pero lo cierto es que no puedo estar de acuerdo con ello...
    Un saludo Colorín!

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  3. Javier, muchas gracias por tus ánimos, como siempre, haces que me ponga las pilas.
    Berni, muchas gracias por tomarte la molestia de leer "la entrada interminable". No creo que tu forma de pensar oculte ningún miedo extraño. Con tanta "psicosociología" como nos rodea, resulta que los hijos, ahora, van a tener que venir acompañados de un manual de instrucciones... En mi opinión, todo es mucho más fácil: cariño, buena voluntad, sentido común y humildad para admitir los errores. Creo que lo fundamental es sustituir la CULPA por la ESPERANZA.

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